Con el Método Rolfing se consigue una alineación más natural y una interacción más fluida entre nosotros y la fuerza de la gravedad. De esta forma, el cuerpo adopta una postura erguida y los movimientos se vuelven más gráciles y armónicos. Por ello, el método Rolfing es muy recomendable para practicantes de disciplinas físicas y trabajos corporales como bailarines, actores y practicantes de Tai-Chi, yoga o Pilates.
Deportistas de élite lo han probado y confirman una mejora evidente en su rendimiento. Los cambios y mejoras se traducen en movimientos más eficientes, prevención de lesiones y mejor recuperación de las mismas, disminución de la fatiga, recuperación de la elasticidad y aumento de la motivación y la concentración.
Así mismo se aconseja en trabajadores que tienen que mantener posturas más estáticas, cómo músicos o personas que trabajan frente a un ordenador.
También se aplica junto a enfoques de psicoterapia, psicoanálisis, bionergética o terapia Gestalt, siendo de gran ayuda en técnicas de meditación. Además es un excelente complemento con otros métodos como pueden ser osteopatía, acupuntura, homeopatía, etc.